jueves, 23 de julio de 2009

IDENTIDAD I parte

En cierta ciudad del Tercer Mundo, había un rabino judío de nombre Moishéh. Cansado de que le dijeran "¿Por qué tu pueblo nunca aceptó a Jesucristo como el Mesías?" se propuso hacer un experimento. Se le acercó a un sacerdote católico romano, quien estaba fumando y tomando vino en la parte de atrás de la iglesia, junto con varios monaguillos, y le preguntó: "¿De qué religión fue Jesucristo?" El sacerdote, con aire bonachón y con acento español, le contestó con auto-suficiencia: "Pues, hombre, está claro para la Iglesia que fue católico, apostólico, romano". "¿Cómo sabe usted que era Católico?" le pregunto el Rabino Móishe. "Pues, hombre, ¿no ve usted como María es llamada "bienaventurada" y cómo nombró Jesús mismo al primer papa, a Pedro diciéndole: "A tí te daré las llaves del reino"? Y el Rabino Móishe le contestó: "¡Está equivocado! Jesucristo nació de madre judía, de modo que AUTOMATICAMENTE era judío, según la religión judia; fue circuncidado a los ocho días como todo bebé judío, e hizo su Bar Mitzváh (Pacto de la Promesa) como todo niñito judío, a los doce años e iba a la sinagoga todos los shabáts y él y sus discípulos predicaron en contra de las imágenes, según el Segundo Mandamiento de la Toráh". Y el sacerdote católico, que no supo qué responder, murmuró con un murmullo ininteligible, algo así como "estos judíos...". El rabino Móishe fue a ver a un misionero pentecostal en su enorme casa con piscina, quien lo recibió cuando estaba a punto de subir a su SUV Land Cruiser cuatro por cuatro, y le hizo la misma pregunta: "¿De qué religión fue Jesucristo?" La respuesta con acento norteamericano del misionero fue: "Rabbinouh, Yisous Christou era Cristiano." El Rabino Móishe, tratando de lograr una respuesta más específica que ésa, le hizo una segunda pregunta: "Sí, yo sé que era cristiano, pero de qué ala del Cristianismo: Católico, Bautista, Protestante, Evangélico, Pentecostal, Luterano o qué?" El misionero pentecostal le contesto: "Pues, claro que era Pentecostal. Mire su ministerio, lo que hizo: evangelizó a todos, hizo milagros, sacar fuera demonios de los judíos, resucitar muertos; claro que era Pentecostal." "¡Está equivocado! le contestó el Rabino Móishe. Jesucristo nació de madre judía, de modo que AUTOMATICAMENTE era judío, según la religión judia; fue circuncidado a los ocho días como todo bebé judío, e hizo su Bar Mitzváh (Pacto de la Promesa) como todo niñito judío, a los doce años e iba a la sinagoga todos los shabáts, y era muy pobre, tanto él como sus discípulos". Y el misionero pentecostal a punto de subir en su Land Cruiser, sí supo qué responder, pero estaba equivocado. Le contestó: "Ya no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia". Una tercera vez, el Rabino Móishe se fue a ver a un pastor luterano, quien estaba preparando la hostia y el vino para la Santa Cena y le hizo la misma pregunta: "¿De qué religión fue Jesucristo y de que denominación?" (Para entonces, el rabino había adquirido un poco de la jerga del creyente) El pastor luterano lo miró fijamente y dijo: "Nuestro Señor fue luterano. En las Escrituras se ve como El instituyó la Santa Cena y como comió la hostia junto con sus discípulos". "¡Está equivocado! le contestó el Rabino Móishe. Jesucristo nació de madre judía, de modo que AUTOMATICAMENTE era judío, según la religión judia; fue circuncidado a los ocho días como todo bebé judío, e hizo su Bar Mitzváh (Pacto de la Promesa) como todo niñito judío, a los doce años e iba a la sinagoga todos los shabáts y comió la pascua con matzáh (pan sin levadura), no con un pan común con levadura, comiendo el cual usted atestigua con sus hechos que Jesús era un hombre pecador." Y el pastor luterano le respondió: "¡Nuestro padre de la Iglesia, Luther, tenía razón acerca de ustedes, son incorregibles!". Como la respuesta del pastor luterano sólo aumentaba la confusión del Rabino Móishe en cuanto a la verdadera identidad de "Jesucristo", éste se fue a ver a un pastor adventista. El pastor lo recibió con gran alegría, llamándolo "Mi hermano mayor, bienvenido a mi humilde casa!" El Rabino Móishe le hizo la misma pregunta que a los demás, a lo que el pastor adventista contestó: "Está bien claro que el Señor Jesús era Adventista; ¿Acaso no dice en Lucas 23:56 cómo sus discípulos "guardaban el sábado, de acuerdo con su costumbre"? ¡Está equivocado! le contestó el Rabino Móishe. Jesucristo nació de madre judía, de modo que AUTOMATICAMENTE era judío, según la religión judia; fue circuncidado a los ocho días como todo bebé judío, e hizo su Bar Mitzváh (Pacto de la Promesa) como todo niñito judío, a los doce años, e iba a la sinagoga todos los shabáts y enseñó kal ve jomer (hay que tener equilibrio en todo). Y el pastor adventista le contestó: ¡"Nuestro Señor Jesucristo cumplía el ´sabát´, como debe ser! Guardando en su mente todas las respuestas de todos los que había entrevistado, el Rabino Móishe fue a ver a un pastor bautista. Este lo recibió en su estudio, lleno de diccionarios y léxicos bíblicos y la pared cubierta de diplomas de Doctor en Divinidad, Masterado en lenguas griegas, etc.. Cuando le hizo la consabida pregunta, el pastor bautista le contestó: "Está bien claro por la Biblia que nuestro Señor Jesús era Bautista. ¿No leemos, acaso, en la Biblia cómo Jesús comenzó su ministerio con la intercesión de Juan el Bautista y su bautismo en agua?". "¡Está equivocado! le contestó el Rabino Móishe. Jesucristo nació de madre judía, de modo que AUTOMATICAMENTE era judío, según la religión judía; fue circuncidado a los ocho días como todo bebé judío, e hizo su Bar Mitzváh (Pacto de la Promesa) como todo niñito judío, a los doce años e iba a la sinagoga todos los shabáts. Además, el bautismo no fue ningún invento cristiano sino que comenzó hace 4.000 años con el Judaísmo como la mikvéh, el baño ritual de purificación". Y el pastor bautista dijo: "El Fariseísmo y el Legalismo parece no haber muerto nunca...". Cada vez más confundido por las tan diversas identidades de "Jesucristo", el Rabino Móishe se fue por último a visitar a un rabino de la Comunidad Pentecostal, el último en su lista. El rabino lo recibió muy amablemente, y lo hizo pasar a la modesta sala de su casa, que era también el lugar de reuniones de la Comunidad Pentecostal que él pastoreaba. Cuando el Rabino Móishe le preguntó: "De qué religión era Jesucristo", el pastor de la Comunidad Pentecostal, le dijo con una sonrisa llena de calma: "No conozco a ningún "Jesús" ni a ningún "Cristo", ni existió nadie con esos nombres. Sí conozco al Rabino Ieshúa de Nazéret, quien es el Meshíaj esperado por el Pueblo Israelita. El Rabino Ieshúa nació de madre judía, de modo que AUTOMATICAMENTE era judío, según la religión judia; fue circuncidado a los ocho días como todo bebé judío, e hizo su Bar Mitzváh (Pacto de la Promesa) como todo niñito judío, a los doce años, e iba a la sinagoga todos los shabáts y por lo tanto ni El ni sus discípulos fueron cristianos ni tampoco vino a traer una nueva religión llamada Cristianismo para abolir la Toráh, sino que vino a llenar a la religión judía y al hombre en general con Su Presencia la del Rúaj ha Kódesh/Espíritu Santo, para que pudiésemos cumplir la Toráh por medio de El dentro de nuestra vida. Y la razón por la que el Pueblo Israelita no aceptó al Meshíaj es para que los gentiles/góim tuviesen la oportunidad de conocer al Ünico Elohím verdadero y al Meshíaj Verdadero, UN sólo Elohím en tres Dimensiones, no tres Personas". Y el Rabino Móishe sí supo qué responder, pero también estaba equivocado. El Rabino Móishe le contesto: "¡El agua y el aceite no se mezclan; no se puede ser judío y creer en Jesucristo al mismo tiempo!" Si analizamos el entorno de cada uno de los participantes, veremos detalles interesantes en esta parábola moderna. Como toda parábola, ésta cubre más que lo que aparenta cubrir, nos trae a luz cosas que de otra forma no sería posible cubrir en tan poco espacio. Cada parábola revela mucho más de lo que parece revelar y hemos tratado de que el Espíritu Santo de Elohím me ayude a hacerlo así. En el primer caso, el del sacerdote, vemos que está fumando y tomando, lo cual revela "parabólicamente", es decir, indirectamente, la desconexión característica (existen excepciones para toda regla) entre la religión y la vida diaria entre el clero católico. Segundo, el origen del sacerdote: no es nativo del país tercermundista, sino que es español, con sus costumbres, cultura y antisemitismo sintomático de España. Tercero, la facilidad y desparpajo característico de los españoles, que no vacilan en contestar una pregunta difícil como la del Rabino Móishe con una "simplicidad" que asusta. Esta simplicidad es producto de su monopolio de facto de la religión por 1700 años, desde el 321 d.C.. Cuarto, lo que queremos mostrar a través de toda la parábola es la amnesia colectiva que cada religión y "denominación", es decir, cada personalidad diferente, tiene de las demás: para el sacerdote, sólo existe "la Iglesia", queriendo decir, para él, "la Iglesia Católica Romana"; existe una amnesia colectiva de la existencia de las demás 2614 denominaciones no-católicas. Su fumar, tomar y "mascullar ininteligible" son parte de la disociación dentro del clero católico entre la religión y la vida diaria. Su respuesta, "estos judíos..." es sólo un eco del histórico y furibundo anti judaísmo de la iglesia católica de Roma hacia todo lo judío. Quinto, su "respuesta" no es ninguna respuesta en realidad. No PUDO contestar la verdad de lo que le decía el Rabino Móishe, por lo que recurrió a la enseñanza tradicional católica que viene de "san" Agustín, de que "los judíos están aquí para sufrir, y con su sufrimiento, son testigos delante de nosotros, los cristianos, de su error al rechazar a Cristo". De parte del Rabino Móishe, tenemos la primera afirmación de la judeidad del Rabino Ieshúa, a quien él conoce, sin embargo, como el "Dios Gentil, Jesucristo", el Dios antisemita e instigador de progróms (persecuciones a judíos) y el reconocimiento de que no puede haber mucho en común entre el Elohím de Israel y esta religión que adora estatuitas, imágenes y estampitas. Su frase final: "El aceite y el agua no se mezclan" es sólo una fórmula que se transmitió desde sus tatarabuelos para separar las dos religiones, un rechazo (judío) nacido del rechazo del Cristianismo antisemita. En el caso del misionero pentecostal, salta a la vista, primero que nada ,su entorno: la casa con piscina y su Land Cruiser de $80.000 dólares y su origen norteamericano, la fuente de todo el Pentecostalismo en este siglo en todo el Tercer Mundo, desde Latinoamérica hasta Africa, con algunas cosas buenas, como la Palabra de Dios siendo esparcida, y sus cosas malas, como su imperialismo cultural y religioso impuesto sobre todo el Tercer Mundo, con un Jesús de ojos celestes y piel blanca, como lo retratan sus propias películas, y su peculiar teología, esparciendo la Teología de la Prosperidad, que el Rabino Móishe se encarga de señalar su contraste con la vida que llevó el Rabino Ieshúa, una vida pobre, así como la de sus discípulos. Segundo, el énfasis del Pentecostalismo es lo que ellos llaman "evangelismo", lo cual significa, en la práctica, más y más gente "salva" en teoría, descuidándolos una vez que están "adentro"; lo que ellos llaman "evangelismo" yo lo llamaría "elefantiasis en los pies", un crecimiento exagerado hasta un tamaño descomunal de uno de los miembros del cuerpo a expensas del resto del cuerpo. El evangelismo verdadero es, en cambio, un estilo de vida que los demás puedan ver, un corazón blando hacia las necesidades de los demás, no un "show" norteamericano en un escenario de Hollywood con una duración ficticia de una hora y media los domingos de mañana (el día y la hora equivocados). Como los demás, el misionero pentecostal ve al Rabino Ieshúa no como El fue, sino como el Pentecostalismo lo pintó: un Dios Gentil llamado Jesucristo de ojos celestes y piel blanca sin turbante "judío" como el resto de los que lo rodean, como se ve en todas las películas de Hollywood. Aquí tenemos una segunda identidad: primero de Elohím mismo, y por lo tanto, como reflejo, de nosotros. El Pentecostalismo ve al Rabino Ieshúa como un Dios Gentil llamado "Cristianismo" que vino a inaugurar una nueva religión, el "Cristianismo" en substitución del Judaísmo del Padre. Como todos los pentecostales, este misionero no se quedó con la boca cerrada cuando el Rabino le dijo la verdad, sino que le contestó con un versículo bíblico, aun cuando estaba fuera de contexto. El "ya no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia" es un MEDIO versículo escritural de Ro.6:14, pero contrasta, por ejemplo, con lo que el mismo autor, el Rabino Shául dijo en Ro.3:31: "¿Luego por la fe invalidamos la Toráh/"Ley"? En ninguna manera, sino que istomém/reafirmamos la Toráh". Las identidades múltiples hacen que cada identidad/denominación se cuelgue de UN versículo preferido y salga en procesión con ESE solo versículo como bandera, olvidándose, o no averiguando nunca que la Escritura está LLENA de paradojas, es decir, de APARENTES contradicciones, como "la salvación se pierde" contra "la salvación NO se pierde"; "se es salvo por fe" contra "se es salvo por obras"; "no he venido para juzgar al mundo" contra "he venido para juicio"; etc. etc. El pastor luterano, fiel a su origen católico, sigue adorando a la misma hostia en forma de "dios" sol que adoraban los que vinieron antes de él, sólo que ahora él tiene una identidad diferente: se siente profunda y cómodamente "luterano", sin comparar esa auto-identidad con la del Rabino Ieshúa, quien, como le dice bien el Rabino Móishe, fue un auténtico judío, algo que un luterano, de raíz alemana, no quiere ni oír hablar. Su respuesta, al oír del judaísmo original del Rabino Ieshúa no es de sorpresa ni de alguien que REALMENTE atiende lo que se le está hablando: él simplemente ya tiene formada su teología, la luterana (como otros tienen las suyas) y "el judío" sólo viene a confirmarle lo que "nuestro Padre de la Iglesia, Luther, ya nos había advertido: ustedes son incorregibles". Ni se le pasa por la cabeza el pensar si tiene o no razón en lo que dice. El adventista, fiel a su identidad desasociada de la real, de la judía, está obsesionado por el "sabát" como ellos pronuncian el shabát y "las fiestas solemnes de Jehováh". Es por eso que el Rabino Móishe le cita una de las reglas exegéticas más importantes en el Judaísmo, y que bien harían los cristianos en aprender: kál ve jómer, literalmente "liviano y pesado", o, dicho de otra forma, "importante y menos importante". Si hicieran caso de esta regla, habría más equilibrio en su doctrina, que está totalmente sobreenfatizada en el "sabát" y en "las fiestas solemnes de Jehovah". Por eso, el Rabino Móishe le cita la regla de kál ve jómer, para que recobre su equilibrio. La respuesta del pastor adventista, enceguecido con su "sabát" que, aunque es la correcta, es siempre la misma. (El único día que Elohím "santificó y bendijo" es el shabát, no el domingo.) El bautista, denominación famosa por contar con los más educados en cuanto a conocimiento mental de la Escritura, tiene los diplomas correspondientes y los libros de textos necesarios, pero también posee su identidad desasociada de la verdadera identidad judía del Rabino Ieshúa, y está sobre-enfatizada en el "bautismo", aunque la palabra es griega, y no española, y significa "sumergirse en agua". (Si se hubiera traducido así, habría evitado muchos problemas teológicos, como el de que "el bautismo es por aspersión"; "No, el bautismo es por inmersión".) El Rabino Móishe le recuerda, para darle un poco de humildad, que el "bautismo" de que tanto están orgullosos, no tuvo su origen en el Cristianismo como todos creen y enseñan, sino en el Judaísmo, como la Míkvéh, el baño ritual judío, que se cumple hasta el día de hoy. Su respuesta acerca del "Fariseísmo y Legalismo" es sólo una fórmula que cubre la fachada, pero no se enfrenta con la verdad profunda que el Rabino Móishe le está planteando: la judeidad total del Rabino Ieshúa a quien él conoce como el Dios Gentil y antijudío Jesucristo. Por último, tenemos el encuentro con el Pastor de la Comunidad Pentecostal. Aquí hay un final paradójico, ya que es el rabino de la Comunidad Pentecostal el que le recuerda el Rabino judío el origen judío del Rabino Ieshúa y el hecho, que el judío no puede asimilar ni entender, que no existe ni existió jamás un Dios Gentil llamado "Jesucristo" sino que siempre fue el Rabino Ieshúa, otro problema de identidad y auto-identidad, esta vez de parte del Judaísmo, que sólo puede verse a sí mismo y al "Cristianismo" que para ellos significa, automáticamente, Catolicismo Romano. El rabino de la Comunidad Pentecostal le recuerda el nombre verdadero y es el encargado, en esta paradoja, por lo menos, de recordarle al Rabino la identidad judía del verdadero Meshíaj, el Rabino Ieshúa. También es digno de destacar que en el verdadera Fe del Pentecostes, al que nosotros llamamos "Renovado" (porque tiene un Pacto Renovado, no un "Nuevo Testamento") las reuniones se hacen en la casa, y no en la "iglesia". El Rabino de la Comunidad Pentecostal es el único de los cuatro que le dice la verdad: no existe ningún "Cristianismo" en contraste con el Judaísmo, sino que es una Fe de una Comunidad con el Mesías. También es el único que le contesta la pregunta inicial que tenía el Rabino Móishe en su corazón: "Por qué no aceptó el Judaísmo al Rabino Ieshúa como el Meshíaj?" Una estrategia de Elohím para que todo el mundo, aparte de Israel, tuviese la oportunidad de conocer al Elohím de Israel y al Meshíaj de Israel. La respuesta del Rabino Móishe también es, como ya dijimos, formulística, heredada: "el agua y el aceite no se mezclan"; un judío no puede seguir siendo judío y creer en Jesucristo". Lo que no dijo el Rabino Móishe es que un judío puede ser budista y hacerse monje budista como un famoso actor judío, y seguir siendo considerado judío; puede ser "Nueva Era", lo cual es ocultismo, y seguir siendo considerado judío; puede ser ateo, y seguir siendose considerado judío; cualquier "dios" es aceptado, menos "Jesucristo", quien, a su vez, no existe como el Dios Gentil y anti judío con que se lo conoce! Por último, "la parábola del Rabino Móishe" trata de ser una ilustración enriquecida de solo cuatro de las 2.614 identidades diferentes con que la Iglesia Cristiana se ve a sí misma, sin darse cuenta, o mejor dicho, sin querer darse cuenta de las restantes 2.613 identidades diferentes, cada una de las cuales pretende ser la única real. Usted, querido, lector y yo, necesitamos, en este momento ponernos en los zapatos de cada uno de los protagonistas de esta parábola, al sacerdote romano, al misionero pentecostal, al pastor adventista, al bautista, al pastor de la Comunidad Pentecostal y al rabino judío, y entender por qué creen lo que creen y porqué se afirman en sus creencias, sin escuchar a los demás. Esta comprensión vendrá a medida que usted lea y se ponga en los zapatitos de esta niñita y todo lo que sufrió y sigue sufriendo hasta el día de hoy, y lo que le sucedió durante los últimos dos mil años. ¿Quiénes son los de la Comunidad Pentecostal? Esta es una pregunta muy importante, porque NO son judíos mesiánicos solamente los que nacieron judíos, como lo dice Ro.2:28-29. Son de la "Comunidad Pentecostal" los que entienden la verdadera identidad de nuestro Señor, que era y sigue siendo un Rabino Judío; y la verdadera identidad de lo que conocemos como "la Iglesia", que es una COMUNIDAD PENTECOSTES liderada por este Rabino. (Lea Efesios 2:11-12; Filipenses 3:3 y Ro.2:28-29 para darse cuenta de SU verdadera identidad como judío mesiánico; Ro 11:17 le brinda a usted su verdadera posición: INJERTADO en el único árbol que existe: en el árbol de olivo de Romanos 11.) En otras palabras, TODOS los creyentes que acepten esta identidad y esta posición DADA POR ELOHÍM en estos versículos arriba citados, YA SON de la COMUNIDAD PENTECOSTAL.
EL DESÓRDEN DISOCIATIVO DE LA IDENTIDAD (DID) Y LA COMUNIDAD PENTECOSTAL
El Manual de la Asociación Norteamericana de Psiquiatría (DSM-IV) es un texto normativo para la clasificación de enfermedades psiquiátricas en los EEUU y en todo el mundo psiquiátrico a nivel mundial. Este manual define al "Desorden Disociativo de la Identidad" (DID en sus siglas en inglés) como "caracterizada por la presencia de dos o más identidades o estados de personalidad que recurrentemente toman control de la conducta individual, acompañados por la inhabilidad de recordar importante información que es demasiado extensa para ser explicado por el olvido ordinario. El Manual coloca a DID junto un sorprendentemente grande grupo de desórdenes disociativos relacionados, incluyendo la Amnesia Disociativa, la Fuga Disociativa, y el Desorden de Despersonalización. La característica unificadora entre estas enfermedades es ´una disrupción en las funciones usualmente integradas de consciencia, memoria, identidad o percepción del entorno´". (1) (El subrayado es nuestro). Una persona sana, entonces, tiene una sola identidad y una sola auto-identidad, (es decir, cómo se ve a sí mismo). El hecho que existan 2614 personalidades o identidades, a las que llamamos "denominaciones" es un claro síntoma de DID, como "desorden de la identidad". La Iglesia no siente que tiene una identidad, una denominación, sino que tiene 2614. La aparición de DID se da, entre el 95-98% de los casos, en niñas entre los uno y cuatro años. La causa principal es "abuso psicológico, trauma o abuso sexual". (Ver Pies de página y Referencias, al final del artículo). Para entender lo que le pasó a la Comunidad Pentecostal del Rabino Ieshúa del Siglo I y cómo ésta se transformó en una joven con 2614 personalidades diferentes, tenemos que hacer varias puntualizaciones. La primera es que existen dos mujeres colectivas llamadas Israel y Babilonia, cada una formada de tres partes, como todo hombre o mujer, según 1 Tes.5:23: "espíritu, alma y cuerpo". Puede ser clave para nuestra comprensión, el examinar las etapas por las que atravesó la Iglesia hasta ser "la Iglesia desde que era "La COMUNIDAD PENTECOSTAL del Rabino Ieshúa Siglo I". Otro punto clave es entender que la Iglesia como Novia del Cordero es una tercera parte de una mujer judía llamada Israel, y que, como cualquier otra mujer (u hombre), tiene tres partes, según 1 Ts. 5.23: "espíritu, alma y cuerpo", así como Elohím mismo tiene tres Partes, Alma (ADONÁI), Cuerpo (Ieshúa), y Espíritu (El Espíritu Santo). El cuerpo de Israel lo constituye el Estado de Israel, su gobierno y sus fuerzas armadas, el IDF (en sus siglas en inglés); el alma de Israel es el Pueblo Judío, tanto dentro de Israel mismo, como en la Diáspora; y que el espíritu de esa mujer judía, un espíritu que nació de nuevo el día de Pentecostés en el Aposento Alto, es lo que llamamos "la COMUNIDAD PENTECOSTAL" del Siglo I, mal llamada "la Iglesia". Sin entrar, por motivos de espacio, en más detalles, diremos que lo que se conoce como "la Iglesia" constituye, como decimos arriba, en el espíritu de Israel, el espíritu nacido de nuevo de la mujer judía llamada Israel que recibió el Espíritu Santo/Rúaj ha Kódesh el día de Pentecostés/Shavuót en el Aposento Alto (Hechos 2). Como lo dicen versículos como Ef.2.11-12, Fil.3:3, Ro.2:28-29 y 1 Co.12:2 y 1a Tes.1:9, éramos gentiles, pero dejamos de serlo, ahora somos "israelíes" (Ef.2:11-12) y judíos por fe y por lo tanto, somos parte intrínseca de Israel. El espíritu de esta mujer judía, Israel, "la Iglesia" nació hace 2.000 mil años, aproximadamente, en el Siglo Primero en la tierra de Israel con la llegada del Rabino Ieshúa, el Mesías/Meshíaj largamente prometido y esperado por Su Pueblo Elegido, el Pueblo Judío. Esta iglesia es de donde saldrá la Novia del Cordero, cuyas bodas están cercanas. Durante aproximadamente los primeros cien años (desde el año 28 d.C.al 95 d.C., que corresponderían a su primer año de vida (contando un siglo igual a un año de vida de una bebé), este bebé nació de madre judía y del Espíritu Santo del Rey de Israel y del Mesías de Israel, fue criada como judía en la tierra de los judíos, oró como judía, vivió como judía, comió como judía, y está comprometida para casarse con un Rabino, el Rabino Ieshúa. A partir del año 95 d.C., la mayoría de la COMUNIDAD PENTECOSTAL del Rabino Ieshúa cambió su composición: de una mayoría judía, con el hermanastro del Rabino Ieshúa, Jacobo ("Santiago") como jefe, pasó a ser mayoritariamente gentil. Los "padres de la Iglesia" como se los llama, le inculcaron un desprecio y un rechazo a su madre judía, a su cultura judía, a su religión judía, y a toda su auto-identidad, tanto interna (lo que ella se veía como siendo) como su identidad externa (su entorno social, religioso, cultural). Durante tres siglos, uno tras otro, estos padres, como Eusebius, Ambrosius, Origenes, "san" Crisóstomo, "san" Agustín, etc. cambiaron drásticamente una relación sumamente delicada en la vida de un bebé: su relación nada menos que con su propia madre. Existen, según el Dr. Erikson, dos proyecciones de nuestra identidad, en este sentido: o se crea una intimidad entre la madre y su bebé o un rechazo entre ellas, y una aversión. Desde el año 95 d.C. hasta el 321 en que el así llamado "Cristianismo" se volvió la religión oficial del Estado Romano, esta relación tendió primero hacia el rechazo y la aversión entre la hijita y la madre judía, gracias al abuso psicológico de los padres. Esto causó lo que el Dr. Erikson llama "una crisis de intimidad" entre la madre y el bebé de un año. Toda su identidad, tanto la interna (cómo ella se ve a sí misma) como la externa (su cultura previa, su entorno familiar y social, su religión) le fue negada, le fue quitada, y todo lo judío fue demonizado, con lo que efectivamente, se separaba por casi veinte siglos a la verdadera madre de la bebé, emocionalmente hablando. Se pasó de la mutualidad del amor natural entre una madre y una bebé a un totalitarismo, en los términos del Dr. Erikson, donde se creó rápidamente al "enemigo", en este caso, los judíos y la religión judía, y se los demoniza, polarizando todo elemento al alcance de la mano, hasta que la mutualidad natural madre-hija deja de existir y se convierte en una aversión total. Esto es exactamente lo que sucedió con la bebé que era la COMUNIDAD PENTECOSTAL del Rabino Ieshúa, que fue despojada de su entorno, de su cultura original y hasta de su idioma y sistema de valores, y otro entorno, otra cultura y otros idiomas y sistemas de valores le fue inyectada a la tierna edad de un año, hasta que tenía tres y medio (año 321 d.C.). Durante estos tres años de vida de la bebé, su identidad y auto-identidad positiva como judía, hija de judía, criada como judía, dentro de un entorno judío y con un sistema de valores judíos, fue alterada por una identidad negativa y demonizada. Al final de los tres años y medio de vida, la bebé judía rechazaba su identidad original y la de su madre, y su personalidad e identidad original, la judía, se disoció, se fracturó, y tomaron el control del cuerpo, identidades y personalidades Greco-Romanas que nada tenían que ver con su cultura original, ni su origen, ni su entorno original. Si entendemos este crecimiento como el de una niña secuestrada y abusada psicológicamente por su padre, que está separado de la madre, podremos comenzar a entender mejor lo que esta pobre niña ha sufrido en su psiquis. Sería muy interesante que observemos los cambios de identidad y de personalidad de esta niña judía, la COMUNIDAD PENTECOSTAL del Rabino Ieshúa y cómo su auto-identidad fue siendo alterada y deformada por el trauma psicológico provocado por la oleada de inmigrantes griegos idólatras, con sus filosofías y teorías platónicas y cósmicas. Recordemos que esta niña de un año de edad (equivalente a un siglo humano) tiene, o deberíamos decir mejor, tenía, antes del año 95 d.C. una mente judía, hecha de la mayoría de sus miembros judíos. Pero a partir de ese año, su mente fue cambiando a medida que sus miembros se hacían más y más formado por gentiles. Desafortunadamente, no eran gentiles normales los que comenzaron a dirigir la mente de la ya Iglesia (ya no más "COMUNIDAD PENTECOSTAL") Gentil: eran gentiles antijudíos, y furibundos antisemitas, como Eusebius, Ambrosius, Tertulianus, Jerónimus, pero especialmente Agustin, el paladín de la iglesia de Roma y también "san" Crisóstomo. Todos ellos eran rabiosos antijudíos que escribieron páginas tras páginas de propaganda antisemita, como no se volvió a ver sino hasta los escritos de Martin Luther, el padre del Protestantismo, y luego en la literatura nazi del Siglo XX. De modo que las torturas y los asesinatos de la Inquisición Española Católica y los campos de concentración nazis no son un "accidente" en la vida de dos naciones como España y Alemania, respectivamente, sino el frío y calculado resultado de diecinueve siglos de persistente y rabiosa propaganda antijudía, un envenenamiento de la mente y de la auto-identidad de la Iglesia Gentil, quien se dejó engañar por sus padres de la Iglesia y cambió 180 grados su identidad y su identidad: de ser una COMUNIDAD PENTECOSTAL pasó a ser Iglesia Gentil furiosamente antijudía—todo eso en el corto término de tres siglos, (tres años de edad para la niña/Iglesia, como decíamos) desde el año 95 d.C. hasta el 321 en que el Imperio Romano fue declarado por el Emperador Constantino como "kristiano", aun cuando ni Constantino mismo jamás fue un cristiano practicante. El mismo fue el responsable de introducir en la Iglesia el domingo, el culto al sol (Mizraísmo/"Mithraismo") disfrazado de "la hostia" en la "eucaristía", y de otras prácticas demoníacas.

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