martes, 21 de julio de 2009

10 TEMAS PARA CELULAS

Asumiendo nuevos retos.

Base Escritural: Josué 1:1- 7

1.- Introducción:

La vida nos presenta retos constantes que debemos asumir. Algunos son el producto del crecimiento espiritual o secular que nos obliga a asumir otras responsabilidades. Están en el marco de lo previsible, es decir, sabemos que llegarán y en algunos casos, hasta los esperamos. Otros, por el contrario, están fuera de nuestras previsiones y pueden sorprendernos cuando tocan a la puerta. Fueren cual fueren las circunstancias, debemos estar preparados para asumir esos retos con ayuda de Dios.

2.- La renovación generacional (vv.1, 2).

Los pastores y líderes de la congregación debemos formar otras personas que asuman nuestro trabajo cuando faltemos o seamos transferidos a otro lugar para desarrollar nuevas tareas en la obra del Señor. Igual con las Células o Grupos de Estudio Bíblico. Es necesario que ofrezcamos acompañamiento a quienes se perfilan como líderes potenciales. Ellos tendrán el compromiso de proseguir la tarea que hoy desarrollamos. Este principio de liderazgo tiene sustento en las instrucciones que le impartió Dios a Josué:"Mi siervo Moisés ha muerto; ahora, pues, levántate y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que les doy a los hijos de Israel".

3.- Dios respalda a sus siervos (vv. 3, 4)

¿Quiénes son los siervos del Señor llamados a asumir retos? Todos aquellos que profesamos fe en Jesucristo. La tarea de liderar, inicialmente recae en pastores, obreros y líderes, pero pronto recaerá sobre nuestros hombros cuando recibamos la formación necesaria. Es como una carrera de postas o de relevos en la que un atleta entrega a otro la posta para proseguir la carrera. Cuando vamos de la mano de Dios, cuando asumimos el compromiso y cuando somos conscientes de la misión que reposa en nuestras vidas, podemos tener la certeza de que las mismas palabras del Todopoderoso a Josué, se aplicarán a nosotros en el sentido de concedernos la victoria: " Yo os entregaré ...todo lugar que pisare la planta de vuestro pie".

4.- La presencia de Dios nos fortalece (vv.5)

Muchas tareas que Dios nos encomienda no son fáciles. Algunas están estrechamente relacionadas con la extensión del evangelio. Otras forman parte de la cotidianidad: Criar y educar a nuestros hijos; desarrollar eficazmente nuestro trabajo secular; orientar a una comunidad y propender por su desarrollo, etc. Cuando sentimos que no tenemos la fuerza necesaria o tal vez que no seremos capaces de asumir esos nuevos retos, es necesario recordar que Dios está junto a nosotros tal como lo anunció a Josué: "Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida... estaré contigo... no te dejaré, ni te desampararé".

5.- Toda misión está rodeada de obstáculos (v. 6).

Pensar que los grandes logros son fáciles, que son posibles en un abrir y cerrar de ojos o quizá de la noche a la mañana, es un error. Los soñadores y quienes llegan lejos saben que deben pagar el precio. Es probable que por semanas, meses o años deban sembrar semillas que sólo germinarán en éxito cuando pase el tiempo. El secreto está en la perseverancia. Este principio lo enseñó Dios a Josué y también a nosotros: "Esfuérzate y se valiente; porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que la daría a ellos".

6.- Las misiones se cumplen al pie de la letra (v. 7).

¿En dónde radica el error que lleva al fracaso de muchas de nuestras metas y propósitos? En dejar de lado las recomendaciones de Dios, en no buscar su guía y dejarnos mover por nuestros sentimientos y corazonadas. Allí estriba el problema. ¿Recuerda a Noé? Las Escrituras muestran que fue obediente al Señor cuando le impartió las especificaciones del Arca. No modificó las pautas, las acató. (Génesis 6:22). La fidelidad a los postulados del Señor, aplicados a todo cuanto hagamos, genera victoria. "...no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas".

7.- Conclusión:

En Dios encontramos la fortaleza necesaria para asumir los retos que constantemente nos depara la vida. En Su ayuda y acompañamiento permanente está el secreto para salir airosos y vencedores en cuanta misión se nos encomiende. Usted y yo nacimos para vencer. Nada determina que no podamos asumir retos y además, alcanzar la victoria. ¡Usted puede, con ayuda de Dios!

La Palabra de Dios nos prepara para vencer.

Base Escritural: Josué 1:8 - 18

1.- Introducción:

En una librería de Santiago de Cali encontré hace algunos días que los libros más vendidos son aquellos que tratan de la superación personal y cómo lograrla, así como los textos de Programación Neuro - Lingüística (PNL). De acuerdo con estas pautas, utilizadas en buena parte por la errada y peligrosa corriente de la Nueva Era, se plantea que el hombre se auto programa con lo que dice y que la información grabada en el cerebro, se refleja en acciones concretas. Lo malo del asunto es que esta autodeterminación deja de lado a Dios y busca exaltar las potencialidades del hombre. Sin embargo los cristianos tenemos claro que podemos lograr muchas y grandes cosas, con ayuda de Dios. Y si vamos a "programar la mente" es con la Palabra de Dios que nos lleva a la victoria.

2.- La Palabra de Dios forma moldea nuestras actitudes (v.8)

Cuando leemos, asimilamos y ponemos en práctica la Palabra de Dios, nuestras actitudes son moldeadas conforme a Su santa voluntad, y se reflejan en una buena relación con el Señor, con nosotros mismos y con los demás. Dios le dijo a Josué: "Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien". Observe cuidadosamente que esta sí es programación de nuestra mente y de nuestro corazón, pero esencialmente girando en torno a la Palabra de Dios.

3.- Fortaleza en medio de los obstáculos (v.9).

Un principio para vencer, cualquiera que sea nuestra misión –secular o eclesial—, es fortalecernos. ¿De qué manera? En Dios (Filipenses 4:13). Los obstáculos llegarán. En cierta medida es natural que se presenten en el camino. Pero si en medio de las crisis volvemos al mirada al Señor, admitimos nuestra debilidad, pedimos su guía y fortaleza para avanzar y seguimos al pie de la letra su orientación, nada podrá detenernos. De ahí la importancia de una recomendación que le hace el Todopoderoso una y otra vez a Josué "Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes..."

4.- Un siervo de Dios actúa en la voluntad de Dios (vv.10-15)

Una vez Josué recibe instrucciones de Dios, actúa. No lo hizo antes. Puede que supiera –en apariencia—cómo hacer las cosas. Pero no se apresuró. Las grandes decisiones en esta vida debemos tomarlas con calma y bajo la guía de nuestro amado Hacedor, Aquél que todo lo puede. Obrar en nuestras fuerzas cava el sendero para la derrota.

5.- La autoridad no se impone, se gana (vv.16, 17).

La principal característica de los líderes dictatoriales es la imposición. No consultan nada, sólo imponen. Los subalternos antes que sentirse motivados a seguir unas directrices, sienten el golpe del atropello verbal, y obran movidos por el miedo o por las circunstancias, guardando resentimiento en la mayoría de los casos. La pauta a seguir es pedir a Dios que nos oriente sobre cómo actuar. En caso que nuestro desenvolvimiento sea a nivel eclesial, pedir que nos respalde con autoridad. Al impartir instrucciones Josué, el pueblo israelita vio en él la autoridad que provenía de Dios. "Entonces respondieron a Josué, diciendo: Nosotros haremos todas las cosas que nos has mandado, e iremos adondequiera que nos mandes. De la manera que obedecimos a Moisés en todas las cosas, así te obedeceremos a ti; solamente que Jehová Dios esté contigo, como estuvo con Moisés".

6.- El líder motiva o desmotiva a su pueblo (v.18).

No hay nada que se contagie y se propague más que el desánimo o quizá la inseguridad. Sin embargo, cuando un líder está seguro de cuanto hace, infunde esa misma seguridad a sus subalternos. Este principio se aplica para quien tiene una responsabilidad secular o eclesial como también para un padre de familia. Ese fundamento lo hallamos cuando al recibir instrucciones de Josué, el pueblo termina su compromiso de colaboración con una frase muy diciente: "Cualquiera que fue rebelde a tu mandamiento, y no obedeciere a tus palabras en todas las cosas que le mandes, que muera; solamente que te esfuerces y seas valiente".

Los israelitas demandaban de su líder seguridad y fidelidad a Dios. Esos dos principios fueron los garantes del éxito que rodeó la vida de Josué.

7.- Conclusión:

Mediante una estrecha dependencia de Dios, los cristianos nos preparamos para vencer en cualquiera que fuera nuestro frente de trabajo: eclesial o secular. Si nos mantenemos fieles a El, no solo nos otorgará la seguridad sino la autoridad necesarias para desarrollar un buen desarrollo en nuestras ejecutorias. Es con ayuda de Dios que nos programamos para vencer...

La presencia de Dios nos acompaña.

Base Escritural: Josué 2:1-7

1.- Introducción:

¿Alguna vez se ha preguntado acerca de la forma extraña, pero sin duda maravillosa, como Dios manifiesta su poder en la vida de los creyentes? Todo cuanto ocurre nos revela dos cosas. La primera, que Dios no nos desampara en ningún instante, y la segunda, que Dios tiene todo cuidadosamente planeado. Si estamos en el centro mismo de su voluntad, nada será improvisado, por el contrario, las cosas saldrán bien. ¿Qué hacer entonces? Pararnos en la brecha, dispuestos al obrar divino, conscientes de que con su ayuda, lograremos proezas.

2.- La vida está marcada por nuevos retos (v. 1).-

Con frecuencia me pregunto ¿Qué sería de nueva existencia si todo fuera color de rosa y nada nos obligara a echar mano del ingenio y de las fuerzas, que no creíamos tener, para sobreponernos a los obstáculos?. Creo que un tránsito así sería demasiado rutinario desde el nacimiento hasta la muerte. A este primer razonamiento debemos sumar otro: ¿Para qué nos sirven los retos? Para crecer. Cada nuevo muro que encontramos frente a nosotros, nos permite madurar en el conocimiento, dinamizar nuestras capacidades –muchas veces inactivas--, emprender nuevas rutas y llegar a niveles insospechados, incluso niveles que jamás pensaríamos alcanzar. En la vida de los dos espías enviados por Josué desde Sitim, se torna gráfico este planteamiento (versículo 1). ¿Cuál era su misión? Reconocer la tierra. Todo delante era desconocido, sin embargo antes que dimitir o volver atrás, se sintieron estimulados por la misión.

3.- Nuestras vidas marcan la diferencia (vv.2).-

Donde quiera que iban los israelitas, marcaban la diferencia. Su fisonomía, actitudes frente a la vida, fe en el Dios de poder a quien habían clamado y a quien habían visto obrando en etapas claves de su travesía por el desierto, tornaba evidente su diferencia de las demás poblaciones. Esa condición llevó a que el rey de Jericó dijese: "He aquí que hombres de los hijos de Israel han venido aquí esta noche para espiar la tierra"(versículo 2 b).

El relato en el cual apreciamos que absolutamente nada --ni sus palabras ni sus hechos-- llevó a que pasaran inadvertidos, debe motivarnos a reflexionar: ¿Sus palabras y hechos revelan que usted es cristiano?¿Su desenvolvimiento en el ámbito secular marca la diferencia o es tan mundano, malhablado y malpensado como quienes le rodean?

4.- Si Dios nos acompaña, pondrá ángeles en el camino (vv.3-5).-

Alguien relató de qué manera iba a atravesar una calle de intenso tráfico. Se trataba de una mujer cristiana. Iba tan preocupada por sus problemas, que no advirtió el vehículo que se acercaba a toda velocidad. Justo cuando estaba a pocos centímetros de producirse el impacto, sintió como alguien la empujaba hacia la acera. En el suelo, todavía sin entender qué había ocurrido, vio la silueta de un hombre que se alejaba. Minutos después, mientras compartía su experiencia con los curiosos, escuchaba asombrada: "¿Cuál persona? Aquí jamás estuvo nadie. Supusimos que escapó al accidente por una rápida reacción". La mujer insistía en que la mano de alguien la había puesto a salvo. ¿Existen los ángeles? Sin duda. Figuran en uno y otro pasaje de las Escrituras. Pero también es un hecho que personas a nuestro alrededor se convierten en esos ángeles humanos a quienes Dios utiliza para guardarnos. Aunque no tienen la figura angelical descrita en la Palabra, se constituyen en poderosos instrumentos del creador, tal como podemos apreciar en la vida de Rahab (versículos 3 al 5). ¿Qué impide que el Señor utilice en sus planes supremos a alguien rechazado por la sociedad? Nada. Esa es la razón por la que esta mujer de mala reputación para los de Jericó, llegó a ser ficha clave en los planes de la conquista de la ciudad.

5.- Dios tiene todo cuidadosamente planeado (vv.6, 7).-

Aún cuando las circunstancias lucían adversas porque se trataba de dos espías puestos al descubierto en una ciudad grande, Dios obró prodigiosamente y, dentro de sus planes perfectos, no pudieron capturarlos. "Mas ella los había hecho subir al terrado, y los había escondido entre los manojos de lino que tenía puestos en el terrado. Y los hombres fueron tras ellos por el camino del Jordán, hasta los vados; y la puerta fue cerrada después que salieron los perseguidores."(versículos 6, 7).

Es probable que ahora mismo esté atravesando por un período difícil en el que considera que nada bueno puede ocurrir. ¡Está equivocado! Si su vida está en manos de Dios, El le guardará y hará que todo salga a su favor. Jamás olvide que nuestro Dios es poderoso y nada impide que se cumplan sus designios...

6.- Conclusión:

¿Qué impide que avancemos hacia el cumplimiento de nuestras metas? Los límites que ponemos a los planes de Dios. Si estamos en el centro mismo de Su voluntad, todo cuanto ocurra obrará a nuestro favor para alcanzar esos propósitos que –humanamente—lucen imposibles de materializar. ¿Qué se necesita entonces? Que medite un poco en torno a cómo avanza su existencia y tome la determinación de ajustar sus pasos conforme lo va señalando el sendero de Dios. ¿Cómo conocer la voluntad del Señor? Mediante la oración y la lectura de Su Palabra. Si lo hace, no cabe duda que será instrumento en manos del Creador para asumir nuevos retos.

El valor de una promesa.

Base Escritural: Josué 2: 8-24

1.- Introducción:

¿Alguna vez se ha preguntado si la presencia de Dios va con usted? Si ha meditado en el asunto, aflora un segundo interrogante ¿Cuáles son las razones por las que afirma que el Señor le acompaña?¿Se percata de la trascendencia de estas dos preguntas? La forma como las despeje constituye la base para que revise e imprima cambios a su vida, con ayuda del Señor, con el propósito indeclinable de permanecer en el centro mismo de su voluntad. Ese es un punto esencial que desarrollaremos en la presente lección.

2.- La presencia de Dios va con nosotros (vv.8-10).-

La presencia del Señor era evidente en los dos espías enviados por Josué a la ciudad de Jericó. En el pasaje bíblico leemos "Antes que ellos se durmiesen, ella subió al terrado, y les dijo: Sé que Jehová os ha dado esta tierra; porque el temor de vosotros ha caído sobre nosotros, y todos los moradores del país ya han desmayado por causa de vosotros. Porque hemos oído que Jehová hizo secar las aguas del Mar Rojo delante de vosotros cuando salisteis de Egipto, y lo que habéis hecho a los dos reyes de los amorreos que estaban al otro lado del Jordán, a Sehón y a Og, a los cuales habéis destruido."(versículos desde el 8 hasta el 10).

¿Qué veían los enemigos de los israelitas? A través de este pueblo podían apreciar la forma gloriosa como el Señor se había manifestado en sus existencia. Igual ocurre con su vida. Si está en el sendero de Dios, es inevitable que a su alrededor aprecien los cambios que experimenta, no solo en su forma de pensar sino también de actuar.

3.- El Señor transforma vidas (versículo 11).-

Cuando Dios toca la vida de una persona, genera transformaciones y produce cambios que nadie puede ignorar. Es la consecuencia apenas natural de renunciar al propósito de guiar la existencia conforme nuestros propósitos errados, y someternos a El. Cabe aquí preguntarnos: Cuándo las personas analizan mis palabras y mis hechos, ¿pueden apreciar en mi a un Dios de poder?¿Piensan acaso que el Señor que guía mis pasos puede transformar vidas o quizá piensan que es intrascendente?

4.- Piense cuidadosamente antes de comprometerse (vv. 12 ).-

Con demasiada frecuencia vemos hombres y mujeres inmersos en enormes dificultades porque empeñaron su palabra y no pudieron cumplir lo prometido. Usted mismo es probable que esté enfrascado en dificultades porque no pensó antes de decir "si" o tal vez "no". El pasaje describe un compromiso que las circunstancias produjeron y que obligaron a los dos espías a tomar una decisión: "Os ruego pues, ahora, que me juréis por Jehová, que como he hecho misericordia con vosotros, así la haréis vosotros con la casa de mi padre, de lo cual me daréis una señal segura; y que salvaréis la vida a mi padre y a mi madre, a mis hermanos y hermanas, y a todo lo que es suyo; y que libraréis nuestras vidas de la muerte. Ellos le respondieron: Nuestra vida responderá por la vuestra, si no denunciareis este asunto nuestro; y cuando Jehová nos haya dado la tierra, nosotros haremos contigo misericordia y verdad."(versículos desde el 12 hasta el 15).

5.- Dios pone el querer como el hacer (vv.15-24).-

La misión que los dos espías cumplían, estaba en consonancia con los planes de Dios. Ese hecho determinó que tuviera feliz término (versículos 14 al 24). Cuando emprendemos un reto delante del Señor pero, antes que sujetarnos a sus orientaciones, aplicamos nuestro criterio y nos amparamos en la "experiencia que hemos acumulado", lo más probable es el fracaso. Bien diferente cuando nos circunscribimos a los postulados del Creador. Aunque no comprendamos inicialmente el por qué de cada instrucción, si las seguimos al pie de la letra, todo saldrá bien.

6.- Conclusión:

Si nuestra esperanza está fijada en Dios, la perspectiva que tenemos de todo cuanto ocurre es optimista, revestida de fe, con la firme certeza de que nacimos para ganar y no para ser fracasados. Este principio de vida cristiana práctica lo apreciamos en el regreso de los dos espías al ejército de Josué: "Entonces volvieron los dos hombres; descendieron del monte, y pasaron, y vinieron a Josué hijo de Nun, y le contaron todas las cosas que les habían acontecido. Y dijeron a Josué: Jehová ha entregado toda la tierra en nuestras manos; y también todos los moradores del país desmayan delante de nosotros."(versículos 23 y 24).

¿Cuál es su actitud frente a los retos de la cotidianidad? ¿Lo embarga el temor o es consciente y le asiste el convencimiento de que con ayuda de Dios es un triunfador? En sus manos está la respuesta.

El paso del Jordán

Base Escritural: Josué 3:1-6

1.- Introducción:

¿Ha sentido alguna vez como si mariposas revolotearan en su estómago cuando se encuentra a las puertas de tomar una decisión o en la antesala de recibir algo que esperó por mucho tiempo? Esa es la misma sensación que embargó a los israelitas días y horas antes de pasar el río Jordán hacia la tierra prometida. Era el cumplimiento de una promesa desde muchos años atrás. A esta idea estimulante sobre la forma como Dios atiende lo que ha dicho y no deja de materializarlo, se suma un interrogante ¿Cómo ver convertidas en realidad las promesas divinas? La respuesta es sencilla: creyendo y permaneciendo firmes en esa esperanza. La respuesta de Dios vendrá en el momento oportuno.

2.- Los asuntos importantes hay que tomarlos con calma (v. 1).

¿En dónde estriban los grandes errores cuando tomamos decisiones que marcan nuestra existencia y las de quienes nos rodean? En la premura con la que obramos, sin tomarnos el tiempo suficiente para evaluar lo que vamos a hacer. Esa tranquilidad antes de obrar es la que experimentaron los israelitas: "Josué se levantó de mañana, y él y todos los hijos de Israel partieron de Sitim y vinieron hasta el Jordán, y reposaron allí antes de pasarlo."(versículo 1).

¿Ha pensado lo eficaz que sería analizar reposadamente todas las decisiones que adoptará? Este es un principio de cambio que transformará su vida y ministerio...

3.- Las emociones no conducen a nada bueno (v.2)

Una de las fallas en que se incurre con mayor frecuencia, estriba en permitir que nos muevan las emociones antes que la razón. Consultamos a Dios las consecuencias son inevitables. No solo es inevitable la serie de problemas que se desprenden de decisiones erradas, sino que además, por mucho que deseáramos volver el tiempo atrás, nada podemos hacer. De ahí que revista importancia la decisión de los líderes tal como lo relatan las Escrituras:" Y después de tres días, los oficiales recorrieron el campamento..." (versículo 2). Un principio que le invitamos a asumir es a examinar bien todos los pasos que vaya a dar.

4.- Es necesario involucrar a Dios en todo cuanto hacemos (vv.3, 4).

Cuando involucramos a Dios en todo cuanto hacemos, tenemos asegurada la victoria. Es un principio ineludible que tiene cumplimiento en nuestra existencia y hacia el cual debemos volvernos para aplicarlo en la cotidianidad. Si Dios va delante nuestro (versículos 3 y 4), tenemos asegurada la victoria.

5.- Si confiamos en Dios, veremos maravillas (v.5, 6)

Es interesante la advertencia que hizo el conquistador israelita: "Y Josué dijo al pueblo: Santificaos, porque Jehová hará mañana maravillas entre vosotros. Y habló Josué a los sacerdotes, diciendo: Tomad el arca del pacto, y pasad delante del pueblo. Y ellos tomaron el arca del pacto y fueron delante del pueblo."(versículos 5, 6). La ecuación era y sigue siendo sencilla: confiar en Dios se refleja en hechos portentosos de parte del Creador en respuesta a la fe.

6.- Conclusión

Los cristianos nos encontramos permanentemente enfrentando retos para los cuales fuimos llamados a vencer. Es un principio que debe primar en todo cuanto hagamos. El Dios de los cielos no nos creó para perder, sino para ganar. Sobre esa base, nuestra fe debe orientarse a crecer y ver la gloria divina. Si en algún momento le asalta alguna inquietud referente a qué puede ocurrir con su mañana, tenga claro que usted fue llamado a tener el mejor porvenir porque el Señor está de su parte.

La hora decisiva...

Base Escritural: Josué 3:7-17.

1.- Introducción:

Otorgarle al Señor Jesucristo el primer lugar en nuestras acciones, representa un principio orientado hacia la eficacia entre quienes desarrollan algún tipo de liderazgo. Esa pauta la aplicó Josué y a quienes guiaba en dirección a la tierra prometida. El éxito estaba en confiar plenamente en el poder y voluntad de Dios.

Igual ocurre con nosotros hoy. Alcanzamos la victoria cuando avanzamos en las fuerzas de Aquél que todo lo puede, y no en las nuestras.

2.- La presencia de Dios se torna evidente en el creyente (v.7).

Con frecuencia hallamos hombres y mujeres que buscan relevar su espiritualidad con frases como "El Señor me dijo...", "He sentido de Dios hacer esto..." o también: "El proyecto que iniciamos hoy nació en el corazón de Dios..." De esta manera validan todo cuando dicen o hacen, atribuyéndolos a órdenes directas del Señor. Sin embargo y como podemos leer en el versículo siete del texto que estudiamos hoy, no es necesario legitimar con apreciaciones humanas que aseguramos vienen del Creador, para reafirmar una vida de consagración. La presencia suya es evidente en aquellos que creen. Si Jesucristo mora en nosotros y nos confiere autoridad para desarrollar un ministerio, tal respaldo saltará a la vista. En Josué este principio se hizo realidad, y sin duda, ocurrirá igual con cada uno.

3.- Dios debe primar en todo cuanto realizamos (vv.8-13).

Si partimos de la base de que no hay nada imposible para Dios (Lucas 1:37 b), y de que para quien cree todo es posible (Marcos 9:23), entonces entendemos con mayor facilidad que si anhelamos que todo lo que hagamos tenga éxito, es necesario involucrar a Dios en nuestros planes y proyectos.

4.- Dios abre sendas en el mar (vv.14-16).

Para nosotros luce imposible, o al menos muy complejo de racionalizar, el que las aguas puedan dar paso a todo un pueblo, deteniendo su caudal. En la lógica humana no cabe que tanto el mar Rojo como el río Jordán pudieran interrumpir su curso para permitir el tránsito al pueblo de Dios, con el propósito de que pasaran en seco. Sin embargo Dios lo hizo así con los israelitas. Y seguirá manifestándose poderosamente si toda nuestra confianza está volcada en Él. Los problemas que golpean a nuestra puerta, por grandes que parezcan, tendrán atención si desarrollamos fe en su poder ilimitado...

5.- Los siervos de Dios permanecen en la brecha (v.17).

Uno de los aspectos interesantes de la travesía rumbo a la tierra prometida lo encontramos en el versículo 17. Los siervos de Dios de aquél entonces, como debe ocurrir con nosotros hoy, permanecieron en el camino hasta que todo el pueblo hubo cruzado el río. No se preocuparon solamente por sus necesidades personales; al contrario, su mirada estaba puesta en aquellos peregrinos. Esa es nuestra tarea como líderes: velar por el pueblo de Dios.

6.- Conclusión:

Cuando la fe está afincada en nuestras vidas y la ponemos en práctica en las acciones cotidianas, logramos resultados sorprendentes. El Señor nos respalda, y tal como ocurrió con Josué y con los israelitas, abre puertas donde creemos que es imposible. Dios responde a nuestro clamor y honra la fe que depositamos en Su poder. Un segundo principio que sienta bases hacia el cabal cumplimiento de nuestro liderazgo, radica en permanecer en la brecha, velando por las personas que Dios ha puesto a cargo.

Forjando generaciones que aman a Dios

Base Escritural: Josué 4:1-

1.- Introducción:

Los cristianos estamos formando nuevas generaciones. Se trata de hombres y mujeres que tendrán, a vuelta de poco tiempo, el gobierno no solo de nuestra ciudad sino también del país y del planeta. ¿Cuál es el compromiso que tenemos hoy? En esencia debe sintetizarse en dos principios. El primero, ser gratos con nuestro amado Señor por el amor y ayuda que siempre nos depara, y el segundo, formar a nuestros hijos en la Palabra. El texto que analizamos hoy nos ofrece muchas luces al respecto. Su aplicación se reflejará en cambios de significación en los hogares.

2.- La presencia de Dios acompaña nuestros pasos (vv.1, 2).

Imagine por un instante a un padre amoroso que vigila, desde una ventana, el paso de sus hijos de una acera a otra. Sabe que, teniendo todo bajo control, nada podrá ocurrirles. Sin embargo se percata hasta último instante de que cumplan su tránsito sin mayores problemas. Está presto a ayudarles. Esa es la imagen que podemos hacernos de nuestro Dios cuando apreció el desplazamiento de los israelitas a través del Jordán. Los dos primeros versículos nos revelan a un Padre que no solo tiene cuidado de hasta el más mínimo detalle, sino también que vela porque los planes se cumplan tal como se tenían previstos.

3.- Un recordatorio del obrar poderoso de Dios (vv.3-5)

Una de las prácticas generalizadas en Latinoamérica, y seguramente usted puede testimoniarlo con sus viajes, es llevar o traer recuerdos de lugares que se visitan. Luego los ubicamos en un lugar de la sala de estar y se muestran a los invitados: "Esta fotografía la tomé cuando visité Ecuador; aquí aparecemos junto a la playa de Esmeraldas y en esta más, de Atacames. Pero si observan estas artesanías, las trajimos de Cotacachi". Y podría pasar mucho tiempo exponiendo recordatorios que justamente traen escenas de tiempos pasados y que para usted son gratos. Las piedras que debían los israelitas traer del Jordán cumplían una función semejante. Eran el testimonio de que Jehová de los ejércitos los había pasado de un territorio desértico, a la tierra prometida. Jamás debían olvidarlo, como infortunadamente hicieron. Para nosotros este segmento del relato debe ser ejemplo de la necesidad de tener presente siempre todo lo que ha hecho Dios a nuestro favor.

4.- La gratitud debe acompañar la vida del cristiano

Uno de los aspectos negativos que debemos eliminar de nuestros pensamientos y actitudes es la ingratitud. Es la inclinación generalizada del hombre: dejar de lado, con más rapidez de lo que se pudiera esperar, todo lo positivo que ha recibido de sus semejantes, pero también –y vale aquí resaltar este hecho—de parte de Dios. Una recomendación del apóstol Pablo es agradecer a Dios (1 Tesalonicenses 5:18) cuando oramos. Una pregunta que cabe formularnos ¿Somos gratos ante el Señor por todo el bien que nos prodiga?

5.- Los hijos deben ser formados en la Palabra (vv.6, 7).

¿Por qué las nuevas generaciones desconocen a Dios y piensan y se comportan como si El no existiera? Porque los padres no hemos aplicado un principio que dejó a los israelitas que cruzaron el río Jordán, después que recogieron doce piedras testimoniales: "...para que esto sea señal entre vosotros; y cuando vuestros hijos preguntaren a sus padres mañana, diciendo: ¿Qué significan estas piedras? les responderéis: Que las aguas del Jordán fueron divididas delante del arca del pacto de Jehová; cuando ella pasó el Jordán, las aguas del Jordán se dividieron; y estas piedras servirán de monumento conmemorativo a los hijos de Israel para siempre."

Si forjamos principios y valores en nuestros hijos, enseñándoles a amar a Dios, lograremos hombres y mujeres que jamás dejarán de lado el reconocimiento al Todopoderoso. Pero, ¿cómo esperamos que nuestros adolescentes y jóvenes reconozcan al Supremo Hacedor en todos sus caminos si jamás les hablamos de El?.

6.- Donde quiera que vamos, Dios debe ocupar el primer lugar (v.8)

Reviste particular significación el hecho de que el pueblo de Israel, no solo entendió y asimiló las instrucciones del Señor sino que además, puso en práctica la recolección y movilización de las piedras que representaban a cada una de las tribus: "Y los hijos de Israel lo hicieron así como Josué les mandó: tomaron doce piedras de en medio del Jordán, como Jehová lo había dicho a Josué, conforme al número de las tribus de los hijos de Israel, y las pasaron al lugar donde acamparon, y las levantaron allí."(versículo 8).

7.- Conclusión:

Un término que toma fuerza en nuestro tiempo es "Ponerse la camiseta". Significa asumir sentido de pertenencia por lo que hacemos, por la cultura, por nuestras convicciones políticas, recreativas o de fe. Los israelitas entendieron y asumieron este principio porque, al tomar las doce piedras que representaban a cada una de las tribus y llevarlas consigo, estaban plenamente identificados con la certeza de que Dios les había acompañado y sin duda lo haría en la conquista de la tierra prometida. Cuando tenemos "sentido de pertenencia" difícilmente nos mueven las pruebas o los obstáculos que encontremos enfrente. Permaneceremos firmes en la fe y, bajo la certeza de que ese obrar maravilloso puede también impactar a otras personas, compartimos el evangelio entre quienes no conocen a Cristo Jesús como Señor y Salvador.

Dios no deja nada a medio concluir

Base Escritural: Josué 4:9-24

1.- Introducción:

¿Cuál es la característica más sobresaliente de un líder? Una palabra que encierra un enorme significado: "hagamos". Quienes no tienen definido su liderazgo generalmente dirán: "Hagan", dejando sobre los hombros de los demás, todo el trabajo. El líder por el contrario, y como lo podemos apreciar en la vida de Josué, es el primero que obra y de esta manera, además de compartir ejemplo con todos sus inmediatos colaboradores, demuestra que lo que solicitará que se haga, no solo no es imposible, sino que además es posible y beneficioso para todos.

2.-Un secreto de victoria: tener a Dios presente en todo (v. 9)

Resulta curioso pero a la vez muy significativo el hecho de que si bien el pueblo israelita fue instruido sobre la necesidad de traer piedras del río Jordán, el propio Josué lo hizo, Cada tribu recogió una roca. El recogió doce:" Josué también levantó doce piedras en medio del Jordán, en el lugar donde estuvieron los pies de los sacerdotes que llevaban el arca del pacto; y han estado allí hasta hoy."(versículo 9).

Ese túmulo quedó para siempre como un testimonio de que aquél siervo reconocía en Dios, su ayudador y el secreto de sus victorias. Una pregunta que es fundamental para todo creyente ¿Reconoce usted a Dios en todos sus caminos?

3.- El primer que llega, el último que se va (vv.10, 11).

Dentro de las muchas confusiones que hay en el liderazgo y que cobran particular importancia cuando analizamos la vida de Josué, vale la pena mencionar que junto con los sacerdotes, eran los primeros en emprender las tareas y los últimos en retirarse del campo de trabajo. ¡Qué diferente de nuestros líderes hoy! Muchos anhelan ocupar puestos de prominencia o ser pastores, para impartir órdenes y eximirse de cualquier trabajo duro. ¿Es eso lo que espera el Señor Jesús de nosotros? En absoluto. El dijo que no venía a ser servido sino a servir. Por esta razón no entendemos la actitud tiránica de muchos hombres y mujeres recién asumen alguna posición de responsabilidad...

4.- "Ese problema no es mío..." (vv.11-13).

¿recuerda usted a los hijos de Rubén, de Gad y la media tribu de Manases? Ellos habían tomado territorio antes de cruzar el Jordán. Sin embargo entendieron que en el pueblo de Dios no puede concebirse la actitud egoísta de "Como ya resolví mi problema, que los demás vean cómo resuelven los de cada uno". Ellos acompañaron a sus hermanos, comprometidos a no regresar hasta que acabaran la tarea. Un segundo elemento de mucha importancia en estos tres versículos estriba en el cumplimiento de sus promesas. Cuando empeñamos nuestra palabra en algo, para testimonio de vida cristiana y en aras de consolidar nuestras relaciones interpersonales, debemos cumplir con todo aquello con lo cual nos hallamos comprometido.

5.- La autoridad proviene de Dios (v. 14).

¿Ha visto usted a un líder que a fuerza de dar órdenes o alardear de su posición, busca que todos reconozcan que "es alguien"? Si no los ha visto, es probable que pronto los encuentre. Son el tipo de personas que sirven al Señor preocupados más por los cargos y los títulos, que por una inclinación auténtica de atender las tareas que hay en la obra. Cuando leemos el texto:" En aquel día Jehová engrandeció a Josué a los ojos de todo Israel; y le temieron, como habían temido a Moisés, todos los días de su vida."(versículo 14), entendemos que es Dios y no el hombre, quien nos otorga la autoridad y además, nos respalda cuando estamos cumpliendo aquello que nos mandó.

6.- Las obras de Dios son perfectas (vv.15-24).

El río Jordán no se cerró hasta que hubo pasado hasta el último israelita. Así son las obras de Dios, perfectas. Jamás deja nada comenzado. Es una característica de nuestro amado Señor. En todo momento se compromete y cumple los propósitos que tiene en su corazón.

"Y aconteció que cuando los sacerdotes que llevaban el arca del pacto de Jehová subieron de en medio del Jordán, y las plantas de los pies de los sacerdotes estuvieron en lugar seco, las aguas del Jordán se volvieron a su lugar, corriendo como antes sobre todos sus bordes. Y habló a los hijos de Israel, diciendo: Cuando mañana preguntaren vuestros hijos a sus padres, y dijeren: ¿Qué significan estas piedras? declararéis a vuestros hijos, diciendo: Israel pasó en seco por este Jordán. Porque Jehová vuestro Dios secó las aguas del Jordán delante de vosotros... ."(versículos 18, 21-24).

Igual ocurre con aquellas personas en las que Dios inicia el proceso transformador. A menos que aquél ser se rehúse a que prosiga el mover del Supremo Hacedor, lo más seguro es que los cambios se producirán tal como estuvieron desde un principio en Sus planes. ¿Cuál es el secreto? La perseverancia y la permanencia. Perseverancia para no permitir que nos agobien y venzan los obstáculos, y permanencia para estar siempre asidos de la mano del Creador.

7.- Conclusión:

Dios cumplirá en cada uno de nosotros todo aquello que se ha propuesto. Basta que nos dispongamos. Igual hizo con los israelitas. Cuando se dispusieron para ser guiados por El, lo hizo sin importar que aparentes obstáculos como el río Jordán, se antepusieran.

Permanencia en Dios, clave para vencer

Base Escritural: Josué 5:1-9

1.- Introducción:

El desalojo era inminente. Aunque no estaban atrasados en el pago de la renta, todo apuntaba a que la decisión judicial iría en contravía de lo legal- "No es justo" se repetía una y otra vez Lucía quien, junto con su esposo, había terminado agotadoras jornadas buscando un apartamento bueno, bonito y económico al cual mudarse. Todo lucía imposible. Además todo hacía pensar que los propietarios del inmueble no desistirían. ¿Qué hacer cuando todas las circunstancias están en contra? Clamar a Dios. La respuesta no se hizo esperar. Les concedieron dos meses para desocupar la propiedad.

2.- La presencia de Dios nos acompaña (v. 1).

Es esencial que los cristianos tomemos conciencia de que la presencia de nuestro amado Dios va con nosotros. Esa es la razón por la que, asidos de su mano, estamos llamados a vencer por encima de los obstáculos que pudieran presentarse. Nada es imposible. Vencer las dificultades constituye la consecuencia apenas natural. Esa circunstancia explica las razones por las cuales el pánico invadió a los reyes amorreos que se encontraban al oeste del Jordán y a los reyes cananeos, que gobernaban en la costa del Meditarráneo, apenas se enteraron del avance firme y sostenido de los israelitas. Igual con su vida. El Padre le acompaña y nada impedirá que logre sobreponerse a crisis y problemas que en apariencia son demasiado grandes.

3.- Los pactos hechos ante Dios se cumplen (vv.2-5).

Cuando Dios nos promete algo, lo cumple. Igual usted y yo cuando nos comprometemos ante El: es necesario cumplir. La circuncisión era uno de los elementos que unía a los israelitas con el Creador. Tenía una significación ritual pero también espiritual. Era tanto como una marca que evidenciaba pertenencia. En el Nuevo Pacto de Cristo, tenerle en nuestro corazón y haber sido sellados con el Espíritu Santo, es la identificación de que le pertenecemos a El. Pero ese paso implica algo más: vivir para El. Disponernos para que obre en cada uno y responder conforme vamos creciendo espiritualmente, haciendo Su voluntad.

4.- Es necesario permanecer en las promesas de Dios (vv. 6).

En Latinoamérica no hay transacción que se concrete, si no media una Escritura Pública o documento que compromete a quien vende y a quien compra o en general a quienes participan en alguna permuta. Es la forma de garantizar que los suscriptores del documento se comprometen a cumplir lo pactado. No hay forma de eludir el compromiso. Con nuestro amado Dios tenemos la seguridad de que todo aquello que nos prometió, se hará realidad.

Hay sin embargo un aspecto que no podemos desconocer: el que apreciamos la materialización de lo prometido cuando cumplimos los preceptos o términos bajo los cuales se produjo. "Dios les había prometido a sus antepasados que les daría una tierra donde abundan la leche y la miel. Pero los israelitas que salieron de Egipto no obedecieron al Señor, y por ello él juró que no verían esa tierra. En consecuencia, deambularon por el desierto durante cuarenta años, hasta que murieron todos los varones en edad militar." (Nueva Versión Internacional).

5.- Es tiempo para corregir errores (vv.7-9).

Es interesante notar que el olvido de cumplir con la circuncisión llevó a que levantaran, probablemente sin proponérselo, un muro de distanciamiento con Dios. Una vez cumplieron este "requisito", se produjo el restablecimiento en lo que respecta a cumplir los preceptos del Señor.

6.- No podemos ceder el terreno ganado

Cuando en la condición de cristianos avanzamos, no podemos ceder ese terreno. Un ejemplo sencillo: si logramos sobreponernos a las reacciones agresivas, fruto del mover del Espíritu Santo en nosotros, es inconcebible e incomprensible que nos afinquemos de nuevo en una vida distanciada de Dios, quizá arrastrados por la tentación, para encontrarnos en el punto cero, es decir, desde comenzamos.

7.- Conclusión:

Cuando la presencia de Dios va con nosotros, tenemos asegurada la victoria. El no permitirá que nada, por fuera de Su santa voluntad, nos ocurra. Pero tener la certeza de ganar, por encima de los obstáculos que se levanten, obliga un compromiso con Aquél que todo lo puede.

Confianza plena en un Dios con poder y amor ilimitados

Base Escritural: Josué 5:10-12

1.- Introducción:

¡Cuánta alegría despierta llegar a casa! Sin duda nos embarga una sensación de alegría y, en algunos casos, de mucha tranquilidad.

Hace poco tiempo mientras regresaba de un viaje a Medellín, en el interior de Colombia, experimenté esa agradable sensación. Aunque estaba de noche, el ver las luces de Santiago de Cali mientras que el avión sobrevolaba el Valle del Cauca, me anticipó que pronto estaría junto a mi esposa, mis hijos y mi nieto. Sólo quien ha vivido una situación así, que estoy seguro no es ajeno a su realidad, puede explicar la satisfacción de "estar en casa".

2.- Una recordación permanente de Dios (v.10).

Para los israelitas –a las puertas de llegar a casa, es decir la tierra prometida--estaba todavía fresco el recuerdo del mandato que les hiciera Dios de celebrar la pascua como recordatorio de que les había sacado de Egipto (Éxodo 12:1-13). Recordar es maravilloso cuando las imágenes nos evocan buenos momentos y en el caso de nuestro amado Señor, es gratificante rememorar con

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